sábado, 23 de enero de 2010
lunes, 4 de enero de 2010
Leído en LA REPUBLICA: “The New York Times” revive el caso Yanacocha
“The New York Times” revive el caso Yanacocha
El influyente diario luego de seis meses de investigación, relata cómo la empresa Newmont, propietaria de Yanacocha, logró el control de la mina con ayuda de Vladimiro Montesinos y la CIA.
1. DE TÚ A TÚ. "The New York Times" reveló que la reunión que Montesinos sostuvo en el SIN el 14 de abril de 1998, fue con el entonces jefe de la Estación de la CIA en Lima, Don Arabian, y que hablaron de un operativo para favorecer a la Newmont.
2. YANACOCHA. Newmont usó todos los medios para ganar el juicio contra la BRGM.
3. DESMENTIDO. Benavides afirma que Kurlander no mencionó la cita con Montesinos.
4. AUTORIZADO. Lawrence Kurlander rompió un silencio de siete años para confirmar su relación con Montesinos, con el conocimiento de Newmont y la familia Benavides.
EN PRIMERA • El influyente diario investigó cómo la empresa Newmont, propietaria de Yanacocha, logró el control de la mina con ayuda de Montesinos y la CIA.
Ángel Páez.
Lawrence Kurlander es un nombre y un apellido que para la mayoría de peruanos no suenan a nada. Pero este hombre cumplió un dramático papel que determinó que la corporación estadounidense Newmont Mining controlara Yanacocha, la mina de oro más productiva del mundo.
El periódico The New York Times, luego de seis meses de investigación, relata en un amplio reportaje la historia oscura de Newmont y cómo hasta ahora la justicia peruana se hace de la vista gorda.
Un documento capital es la grabación que hizo Vladimiro Montesinos de la reunión que sostuvo con Lawrence Kurlander, el 26 de febrero de 1998, cuando este era el número tres de la compañía. En el Perú la ubicación del audio en la práctica no ha tenido ningún efecto, lo que sorprende a Lowell Bergman, el periodista que piloteó la investigación para el diario neoyorquino.
Asuntos privados
"El año pasado, el Departamento de Justicia (de los Estados Unidos) dio por finalizada una investigación sobre el presunto pago de sobornos a funcionarios gubernamentales peruanos, luego que el gobierno del Perú rechazó cooperar estrechamente y expiró el estatuto de limitaciones, de acuerdo con autoridades judiciales familiarizadas con el caso", escribió Lowell: "El gobierno del Perú investigó el caso Yanacocha y no denunció los sobornos".
Fue el Ministerio Público el que informó que no había en curso una pesquisa sobre la reunión entre Montesinos y Kurlander, y el Departamento de Justicia norteamericano dio por terminado el asunto.
El reportero Lowell logró que Lawrence Kurlander, ahora retirado, hablara después de muchos años.
Kurlander le dijo que estaba apenado por haber ido a buscar a Montesinos, aunque "aseguró que no hubo sobornos, ni nada ilícito, al menos en lo que respecta a la empresa y nuestros aliados". El ex consejero de Montesinos, Rafael Merino Bartet, dijo otra cosa a las autoridades anticorrupción.
Habló de que sí hubo dinero de por medio, alrededor de US$ 600 mil, y que Montesinos se los entregó a su ex amante, Grace Riggs Brousseau, quien precisamente estuvo como traductora del asesor de Fujimori en la reunión con Kurlander. Riggs está detenida y procesada por su relación con las cuentas de Montesinos en Suiza.
"Cualquiera que estaba de lado de los Estados Unidos, o en el gobierno estadounidense, y quería verle o hablarle (a Montesinos), debía pertenecer a las grandes ligas", señaló Kurlander para explicar por qué recurrió a Montesinos: "Ninguna persona le habló para que influyera sobre el curso del caso".
La mano de Rasputín
Pero, como anotan Lowell Bergman y Jane Perlez, la periodista que también participó en la investigación, la grabación Montesinos-Kurlander, y los hechos posteriores, ponen en duda lo que dice el ex funcionario de Newmont.
Kurlander dijo que intervino en el caso Yanacocha porque se enteró que la empresa francesa BRGM, que se disputaba judicialmente con Newmont la propiedad de un importante paquete de acciones de la mina aurífera, tenía "un comportamiento inapropiado" y que presionaba a los jueces para ganar el litigio.
El cinco de enero de 1998, la Corte Suprema votó 3 a 2 a favor de BRGM, pero necesitaba un voto más para ganar. Poco después, el 26 de febrero, Kurlander buscó a Montesinos, por recomendación de gente del gobierno estadounidense y de Newmont .
Kurlander dijo a The New York Times que "sabía que Montesinos era un hombre extremadamente malo", pero desconocía que estuviera implicado en casos de corrupción y violaciones de los derechos humanos. Los informes de esa época del Departamento de Estado norteamericano lo contradicen: ya eran conocidas las actividades delictivas de Vladimiro Montesinos.
El mismo Lowell desestima la versión de Kurlander, porque en la grabación se registra cuando el hombre de Newmont le ofrece sus contactos a Montesinos para acallar al empresario Baruch Ivcher, quien se encontraba en Washington denunciando que Fujimori y Montesinos le arrebataron la nacionalidad peruana con la finalidad de capturar Frecuencia Latina.
Es más, Kurlander le propuso a Montesinos hacer lobby con sus "amigos judíos" en Estados Unidos, para desestimar la versión de Ivcher de que era "víctima de una persecución antisemita" por parte del SIN.
Mala conducta
Kurlander no fue la única ficha que movió Newmont. También intervino el secretario de Estado para Asuntos Latinoamericanos, Peter Romero --quien luego renunciaría y se convertiría en asesor de Kurlander--, y el jefe de la estación de la CIA en Lima, Don Arabian. Lowell lo identificó en el "vladivideo" del 14 de abril de 1998.
Según la transcripción de la conversación, Montesinos relata a Arabian la operación de espionaje que había montado contra los franceses de la BRGM. "No estoy haciendo trabajo con los teléfonos, pero si es necesario lo haré", le comunica Montesinos a Arabian la disposición de utilizar los equipos de "chuponeo" del SIN para apoyar los esfuerzos de Yanacocha. Lowell recuerda que la CIA abonaba US$ 1 millón al año a Montesinos para supuestas acciones de inteligencia del SIN.
Catorce días después, el ocho de mayo, el vocal supremo Jaime Beltrán Quiroga se sumó al voto de su colega Elcira Vásquez, y Newmont ganó.
Claves
DE RESPETO. Lowell Bergman, el reportero que piloteó la investigación para The New York Times, es conocido por haber revelado las maniobras corruptas de las grandes compañías tabacaleras. La película El informante (The insider) relata la historia.
PRESTIGIO. El año pasado, Lowell ganó el Premio Pulitzer por haber expuesto los graves accidentes que sufrían los trabajadores de grandes corporaciones que habían reducido su presupuesto destinado a la seguridad de los empleados.
Mañana: Newmont admite la contaminación ambiental.
En el Perú el caso Yanacocha quedó en nada
El ex número tres de Newmont Mining, Lawrence Kurlander, aseguró a The New York Times que la reunión con Vladimiro Montesinos "no fue secreta" porque "sus superiores de la corporación y sus socios de la familia Benavides (copropietaria de Yanacocha) estaban profundamente enterados".
Pero Roque Benavides, el director ejecutivo de Buenaventura, que comparte la propiedad de Yanacocha con Newmont, rechazó la versión de Kurlander. "No sabíamos qué es lo que estaba haciendo Kurlander". Y que recién se enteraron de la entrevista de este con Montesinos cuando se hizo público el descubrimiento del audio.
Si bien ningún alto funcionario de Newmont Mining, cuya sede se encuentra en Denver, Colorado, la compañía remitió al periódico una carta en la que asegura que durante la batalla legal contra la francesa BRGM, "la empresa respetó totalmente la aplicación de las leyes".
The New York Times cita un documento desclasificado del Departamento de Estado y que está fechado a fines de octubre de 1997. Es una carta del subsecretario de Estado para asuntos económicos, Stuart E. Eizenstat, dirigida al primer ministro Alberto Pandolfi, a quien le pide un proceso judicial "justo e imparcial" y le advierte que "una corrupta decisión política podría afectar la inversión norteamericana en el Perú".
Fuentes de la Procuraduría del Caso Fujimori-Montesinos informaron a La República que sobre el caso Yanacocha sólo se investigó a un grupo de magistrados presuntamente sobornados por Newmont. Pero el expediente se archivó porque no se halló nada. Ni la Procuraduría ni la Fiscalía apelaron.
El procurador Ronald Gamarra Herrera solicitó que se investigara a los funcionarios estadounidenses vinculados con los hechos, entre ellos Lawrence Kurlander y Peter Romero, así como a los franceses que tuvieron participación. Gamarra fue separado del caso debido a presiones gubernamentales.
Fuentes de la Procuraduría confirmaron que después que la Fiscal de la Nación, Nelly Calderón , archivó el caso contra los magistrados presuntamente involucrados, no se ha vuelto a hacer nada respecto a Yanacocha. "Cuando ingresó el procurador Antonio Maldonado el caso ya estaba archivado, y el plazo para apelar se encontraba vencido, por ello no fue posible hacer nada", remarcaron las fuentes de la procuraduría. A pesar de la existencia del audio, nunca se abordO judicialmente a Kurlander.
Recordando el pasado de Yanacocha… Una empresa que se lleva el oro del Perú.
“The New York Times” revive el caso Yanacocha. Esto se decía el 26 de octubre del 2005.
EN PRIMERA
• El influyente diario investigó cómo la empresa Newmont, propietaria de Yanacocha, logró el control de la mina con ayuda de Montesinos y la CIA.
Lawrence Kurlander es un nombre y un apellido que para la mayoría de peruanos no suenan a nada. Pero este hombre cumplió un dramático papel que determinó que la corporación estadounidense Newmont Mining controlara Yanacocha, la mina de oro más productiva del mundo.
El periódico The New York Times, luego de seis meses de investigación, relata en un amplio reportaje la historia oscura de Newmont y cómo hasta ahora la justicia peruana se hace de la vista gorda.
Un documento capital es la grabación que hizo Vladimiro Montesinos de la reunión que sostuvo con Lawrence Kurlander, el 26 de febrero de 1998, cuando este era el número tres de la compañía. En el Perú la ubicación del audio en la práctica no ha tenido ningún efecto, lo que sorprende a Lowell Bergman, el periodista que piloteó la investigación para el diario neoyorquino.
Asuntos privados
“El año pasado, el Departamento de Justicia (de los Estados Unidos) dio por finalizada una investigación sobre el presunto pago de sobornos a funcionarios gubernamentales peruanos, luego que el gobierno del Perú rechazó cooperar estrechamente y expiró el estatuto de limitaciones, de acuerdo con autoridades judiciales familiarizadas con el caso”, escribió Lowell: “El gobierno del Perú investigó el caso Yanacocha y no denunció los sobornos”.
Fue el Ministerio Público el que informó que no había en curso una pesquisa sobre la reunión entre Montesinos y Kurlander, y el Departamento de Justicia norteamericano dio por terminado el asunto.
El reportero Lowell logró que Lawrence Kurlander, ahora retirado, hablara después de muchos años.
Kurlander le dijo que estaba apenado por haber ido a buscar a Montesinos, aunque “aseguró que no hubo sobornos, ni nada ilícito, al menos en lo que respecta a la empresa y nuestros aliados”. El ex consejero de Montesinos, Rafael Merino Bartet, dijo otra cosa a las autoridades anticorrupción.
Habló de que sí hubo dinero de por medio, alrededor de US$ 600 mil, y que Montesinos se los entregó a su ex amante, Grace Riggs Brousseau, quien precisamente estuvo como traductora del asesor de Fujimori en la reunión con Kurlander. Riggs está detenida y procesada por su relación con las cuentas de Montesinos en Suiza.
“Cualquiera que estaba de lado de los Estados Unidos, o en el gobierno estadounidense, y quería verle o hablarle (a Montesinos), debía pertenecer a las grandes ligas”, señaló Kurlander para explicar por qué recurrió a Montesinos: “Ninguna persona le habló para que influyera sobre el curso del caso”.
La mano de Rasputín
Pero, como anotan Lowell Bergman y Jane Perlez, la periodista que también participó en la investigación, la grabación Montesinos-Kurlander, y los hechos posteriores, ponen en duda lo que dice el ex funcionario de Newmont.
Kurlander dijo que intervino en el caso Yanacocha porque se enteró que la empresa francesa BRGM, que se disputaba judicialmente con Newmont la propiedad de un importante paquete de acciones de la mina aurífera, tenía “un comportamiento inapropiado” y que presionaba a los jueces para ganar el litigio.
El cinco de enero de 1998, la Corte Suprema votó 3 a 2 a favor de BRGM, pero necesitaba un voto más para ganar. Poco después, el 26 de febrero, Kurlander buscó a Montesinos, por recomendación de gente del gobierno estadounidense y de Newmont .
Kurlander dijo a The New York Times que “sabía que Montesinos era un hombre extremadamente malo”, pero desconocía que estuviera implicado en casos de corrupción y violaciones de los derechos humanos. Los informes de esa época del Departamento de Estado norteamericano lo contradicen: ya eran conocidas las actividades delictivas de Vladimiro Montesinos.
El mismo Lowell desestima la versión de Kurlander, porque en la grabación se registra cuando el hombre de Newmont le ofrece sus contactos a Montesinos para acallar al empresario Baruch Ivcher, quien se encontraba en Washington denunciando que Fujimori y Montesinos le arrebataron la nacionalidad peruana con la finalidad de capturar Frecuencia Latina.
Es más, Kurlander le propuso a Montesinos hacer lobby con sus “amigos judíos” en Estados Unidos, para desestimar la versión de Ivcher de que era “víctima de una persecución antisemita” por parte del SIN.
Mala conducta
Kurlander no fue la única ficha que movió Newmont. También intervino el secretario de Estado para Asuntos Latinoamericanos, Peter Romero –quien luego renunciaría y se convertiría en asesor de Kurlander–, y el jefe de la estación de la CIA en Lima, Don Arabian. Lowell lo identificó en el “vladivideo” del 14 de abril de 1998.
Según la transcripción de la conversación, Montesinos relata a Arabian la operación de espionaje que había montado contra los franceses de la BRGM. “No estoy haciendo trabajo con los teléfonos, pero si es necesario lo haré”, le comunica Montesinos a Arabian la disposición de utilizar los equipos de “chuponeo” del SIN para apoyar los esfuerzos de Yanacocha. Lowell recuerda que la CIA abonaba US$ 1 millón al año a Montesinos para supuestas acciones de inteligencia del SIN.
Catorce días después, el ocho de mayo, el vocal supremo Jaime Beltrán Quiroga se sumó al voto de su colega Elcira Vásquez, y Newmont ganó.
Claves
DE RESPETO. Lowell Bergman, el reportero que piloteó la investigación para The New York Times, es conocido por haber revelado las maniobras corruptas de las grandes compañías tabacaleras. La película El informante (The insider) relata la historia.
PRESTIGIO. El año pasado, Lowell ganó el Premio Pulitzer por haber expuesto los graves accidentes que sufrían los trabajadores de grandes corporaciones que habían reducido su presupuesto destinado a la seguridad de los empleados.
En el Perú el caso Yanacocha quedó en nada
El ex número tres de Newmont Mining, Lawrence Kurlander, aseguró a The New York Times que la reunión con Vladimiro Montesinos “no fue secreta” porque “sus superiores de la corporación y sus socios de la familia Benavides (copropietaria de Yanacocha) estaban profundamente enterados”.
Pero Roque Benavides, el director ejecutivo de Buenaventura, que comparte la propiedad de Yanacocha con Newmont, rechazó la versión de Kurlander. “No sabíamos qué es lo que estaba haciendo Kurlander”. Y que recién se enteraron de la entrevista de este con Montesinos cuando se hizo público el descubrimiento del audio.
Si bien ningún alto funcionario de Newmont Mining, cuya sede se encuentra en Denver, Colorado, la compañía remitió al periódico una carta en la que asegura que durante la batalla legal contra la francesa BRGM, “la empresa respetó totalmente la aplicación de las leyes”.
The New York Times cita un documento desclasificado del Departamento de Estado y que está fechado a fines de octubre de 1997. Es una carta del subsecretario de Estado para asuntos económicos, Stuart E. Eizenstat, dirigida al primer ministro Alberto Pandolfi, a quien le pide un proceso judicial “justo e imparcial” y le advierte que “una corrupta decisión política podría afectar la inversión norteamericana en el Perú”.
Fuentes de la Procuraduría del Caso Fujimori-Montesinos informaron a La República que sobre el caso Yanacocha sólo se investigó a un grupo de magistrados presuntamente sobornados por Newmont. Pero el expediente se archivó porque no se halló nada. Ni la Procuraduría ni la Fiscalía apelaron.
El procurador Ronald Gamarra Herrera solicitó que se investigara a los funcionarios estadounidenses vinculados con los hechos, entre ellos Lawrence Kurlander y Peter Romero, así como a los franceses que tuvieron participación. Gamarra fue separado del caso debido a presiones gubernamentales.
Fuentes de la Procuraduría confirmaron que después que la Fiscal de la Nación, Nelly Calderón , archivó el caso contra los magistrados presuntamente involucrados, no se ha vuelto a hacer nada respecto a Yanacocha. “Cuando ingresó el procurador Antonio Maldonado el caso ya estaba archivado, y el plazo para apelar se encontraba vencido, por ello no fue posible hacer nada”, remarcaron las fuentes de la procuraduría. A pesar de la existencia del audio, nunca se abordó judicialmente a Kurlander.
*Investigación realizada por el siempre valiente periodista Angel Paez.
Fuente: La República
Lima, 31 de agosto del 2006
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